En 1535, con el acto fundacional de la ciudad de Lima, se empezó a organizar el asentamiento español. Alrededor de la Plaza Mayor se construyeron los principales edificios administrativos y religiosos, se asignaron los primeros solares, y se entregaron las encomiendas en las comarcas de los valles de Lima.
La encomienda era una encargatura concedida por el rey a los españoles que participaron y contribuyeron con sus acciones a la conquista. Esta institución consistió en la asignación de un grupo de la población indígena para protegerla y evangelizarla a cambio de rendir un tributo con su trabajo al encomendero.
Los registros históricos indican que el territorio de Maranga se asignó en encomienda a Nicolás de Rivera el mozo en el año 1534. Chayavilca era el curaca principal de la población de este territorio que conformó esa encomienda.
Los encomenderos rara vez tenían su domicilio próximo a su encomienda, pues solían residir en la ciudad principal de la región donde ésta se ubicaba. Para la administración de las encomiendas se contrataba a españoles, que se convertían en sus mayordomos; esta responsabilidad los llevó a ubicar sus residencias en las áreas rurales donde estaban los grupos de pobladores asignados a la encomienda.
En este contexto, la vivienda española ubicada en la cima de la Huaca Tres Palos perteneció, probablemente, al mayordomo de la encomienda de Maranga.