FORMANDO VÍNCULOS CON LOS ANCESTROS. Una historia en las lomas de Lurín

En la historia de distintos pueblos, la muerte ha sido procesada a partir de la construcción de un vínculo con la persona fallecida, quien se convertía en un ancestro ligado a los seres vivos. En el mundo andino, el ancestro está presente en la cotidianidad, con él se conversa, nos visita en sueños y nosotros lo visitamos también. Por eso, es importante el tratamiento que se le da al momento de su muerte y el lugar del descanso de sus restos.

Hace más de 2000 años, los habitantes de los valles de Lima eligieron la zona de las Lomas de Atocongo, hoy Tablada de Lurín, como el lugar ideal para enterrar a sus muertos. Esta comunidad dedicó una especial atención a las prácticas funerarias, como son la preparación de la tumba y la elaboración de un conjunto de objetos que acompañaban al muerto. Probablemente estos objetos les recordaban quiénes habían sido en vida y, por otro lado, les ayudaban en su tránsito a su nuevo plano de existencia. 

El estudio de los patrones funerarios del cementerio de Tablada de Lurín, nos muestra que el ritual funerario estuvo enmarcado en la cosmovisión andina. La disposición de los objetos, asociados a las personas enterradas, expresan identidades de género y nociones cosmológicas; además, ponen de manifiesto el valor simbólico del paisaje de lomas en la vida de los pobladores del valle de Lurín.

Las Lomas de Atocongo

Entre los meses de junio a noviembre, las colinas costeras que van desde el sur de La Libertad hasta el norte de Chile se cubren de vegetación efímera producto de la captación de humedad. Se trata de las lomas, nichos ecológicos que albergan un número importante de especies vegetales y animales.

En las lomas del valle bajo y medio del río Lurín destacan el amancaes, la “papita de San Juan”, el arrayán, el espino, la tara, el mito y el lúcumo como parte de la flora. La fauna está conformada por mamíferos menores, como la vizcacha, el zorrino, el venado gris, el gato andino, entre otros. La mayoría de las aves son especies migratorias, como el gorrión americano, el halcón peregrino, la lechuza de los arenales, el turtupilín, el cernícalo y los picaflores.

La zona arqueológica Tablada de Lurín se ubica en la quebrada de las Lomas de Atocongo, a 260 msnm, en la localidad de San Francisco de la Tablada de Lurín, distrito de Villa María del Triunfo. La ocupación más extensa del yacimiento arqueológico corresponde a un gran cementerio con entierros en pozo y entierros en cista, abarcando un área aproximada de más de 20 hectáreas.

Para los antiguos pobladores, estos espacios tuvieron un importante valor práctico y simbólico en sus formas de vida. Hace 2000 años este lugar fue elegido para enterrar a sus muertos, probablemente debido al significado sagrado del ciclo de las lomas.

Las prácticas funerarias

Las prácticas funerarias registradas en el cementerio de Tablada de Lurín consisten en la habilitación de la estructura funeraria, el tratamiento y ornamentación del cuerpo de la persona, la colocación del individuo en la tumba, y la inclusión de objetos que lo acompañan.

Las estructuras funerarias son de dos tipos: en pozos y en cistas. Los pozos son de forma tubular, compuestos por una antecámara y una cámara funeraria. Las cistas son semisubterráneas, de forma rectangular o circular, con paredes y cubierta de lajas de piedra.

Los entierros en pozo podían albergar uno o hasta tres individuos, y también podían tener reaperturas. Las cistas contenían un número mayor de individuos, aproximadamente veinte; de acuerdo a la evidencia, se trataría de entierros secundarios depositados en las cistas en diferentes momentos en un lapso de tiempo determinado.

El cuerpo del difunto fue tratado con especial dedicación, según la costumbre del Horizonte Temprano. En los entierros en pozo el individuo fue enfardelado, previamente colocado en posición sentada y flexionada; en algunos casos se han encontrado objetos metálicos y collares que adornaban el cuerpo, y sobre ellos se le enfardeló. En las cistas, la osamenta de los individuos se encontró dispersa, casi desarticulada, debido a que éstos fueron trasladados de entierros primarios enfardelados.

El ritual funerario finaliza colocando un cántaro con tapa y una o más lajas de piedra a modo de sello de la tumba.

 

Los ajuares funerarios

El ritual funerario registrado en el cementerio de la zona arqueológica Tablada de Lurín presenta una gran variedad de objetos de diferente naturaleza, elaborados para la ocasión. Artesanos especializados se dedicaron a la manufactura de estos objetos para el ajuar funerario.

Entre los objetos que estaban asociados directamente al individuo se encuentran pulseras y collares hechos de cuentas de piedra o de concha, de diferentes colores; además, aretes hechos de concha (en particular de oliva sp.) o de láminas de cobre enrolladas a modo de cono. Ocasionalmente, se han hallado orejeras y diademas hechas de cobre o cobre dorado; éstas estuvieron asociadas a personajes que quizá tuvieron un mayor estatus en vida.

Otros tipos de objetos colocados en la tumba son: escápulas y cornamentas de venado; cabezas de porra de piedra y de metal; trozos de limonita; espátulas e inhaladores de hueso; agujas de hueso y de metal; y un variado repertorio de vasijas de cerámica, como cántaros, ollas, cuencos, platos, botellas de cuerpo elipsoide, botellas figurativas y platos de alfarero. Estos últimos están asociados con trozos de arcilla cruda, pulidores de piedra y valvas de moluscos desgastadas.

Además, se encontró una variedad de instrumentos musicales, como antaras, tambores y silbatos hechos de cerámica, y quenas elaboradas en hueso de animal.

Orejeras de cobre dorado
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-05230

Aretes de cobre
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-06889

Collar de cuentas
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-07558

Diadema de cobre dorado
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-06862

Cabeza de porra
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-04991

Cabeza de porra
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-04995

Cabeza de porra
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-05052

Cabeza de porra
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-06838

Inhalador de hueso
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-07215

Aguja de metal
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-07080

Cántaro de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03511

Cántaro de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03764

Cántaro con tapa
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03896

Cántaro de doble cuerpo
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03508

Vasos de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03494

Olla escultórica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03962

Olla con vertedera
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03745

Olla de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03886

Cuenco de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-05169

Plato hondo
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-04232

Botella de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03661

Botella de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03495

Botella de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03758

Botella escultórica
0 – 300 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03516

Plato de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-04348

Plato de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-04371

Antara de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-04680

Tambor de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03482

Silbato escultórico
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-04399

Quena de hueso
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-07308

Las identidades de mujeres y hombres

Uno de los aspectos más singulares de las prácticas funerarias en Tablada de Lurín, es la posibilidad de reconstruir las identidades de género de mujeres y hombres a partir de los ajuares funerarios asociados a los individuos adultos.

Con recurrencia, los hombres adultos fueron enterrados con cabezas de porra de piedra, huesos de venado, trozos de limonita y cuencos de cerámica; eventualmente, con espátulas y quenas de hueso. En contraste, las mujeres adultas fueron enterradas con botellas de cuerpo elipsoide, platos de alfarero (y sobre ellos trozos de arcilla cruda, pulidores de piedra y valvas de moluscos desgastadas) y, eventualmente, con ollas.

Un aspecto importante a considerar es que estos objetos estarían representando la identidad de la persona en vida; por ejemplo cazador o guerrero en los hombres, o alfarera en las mujeres.

Estos tipos de ajuares no estaban necesariamente presentes en los entierros de los individuos infantes, por lo que al parecer las identidades que ellos representan estarían siendo adquiridas en el proceso de maduración de la persona, quizás a partir de ciertos ritos de iniciación.

Las prácticas funerarias de la población que enterró a sus muertos en las lomas de Atocongo, son una muestra excepcional de las primeras evidencias en la construcción de identidades de género y su representatividad.

Representando al mundo que nos rodea

Uno de los aspectos más notables de la cultura material recuperada en las excavaciones en Tablada de Lurín son las vasijas de cerámica. En el cuerpo de botellas, ollas y cántaros los artesanos modelaron figuras de serpientes, felinos, venados y distintos tipos de aves, relacionados con la fauna que habitaba el lugar.

La mayoría de estas vasijas escultóricas presentan una forma globular para representar el cuerpo del animal, aplicando y modelando las extremidades y la cabeza. Los detalles del rostro (ojos, nariz y boca) se lograron con la técnica de incisión, y en algunos casos el modelado de los dientes fue realizado con la aplicación de “pastillas” de arcilla.

Este tipo de cerámica, además de ser una manifestación artística, tiene como fin plasmar formas que reflejen contenidos significativos que acompañen a la persona muerta. Estos contenidos formaban parte de la cosmovisión andina de los antiguos pobladores.  

Según este pensamiento, el mundo que circundaba la existencia de los seres humanos estaba dividido en tres niveles, representados por los animales que los habitan: el mundo de “dentro de la tierra”, representado por el ofidio; el de la superficie terrestre y las zonas silvestres, representado por el venado y el felino; y el mundo aéreo y celeste, representado por las aves.

Olla de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03888

Olla de cerámica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03768

Bandeja escultórica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03505

Vasija escultórica: venado
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03528

Botella escultórica: mono
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03489

Olla escultórica: oso hormiguero
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03510

Botella escultórica: felino
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03539

Botella escultórica: felino
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03506

Botella escultórica: mamífero
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03502

Botella escultórica
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03514

Cántaro zoomorfo: felinos
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03519

Cántaro escultórico: felino
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03531

Cántaro escultórico
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03564

Botella escultórica: ave
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03534

Botella escultórica: ave
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03529

Botella escultórica: ave
200 a.C. – 200 d.C.
Tablada de Lurín
Código: I-03504